Proyecto de Cooperación Triangular Alemania-Brasil-Paraguay: “Fortaleciendo la integridad para superar tiempos de crisis”

El contexto actual de la pandemia del COVID-19 ha impulsado numerosos desafíos en cuanto a la eficiente gestión de los recursos públicos en el Paraguay. A lo largo de los últimos meses, la crisis a nivel mundial ha demostrado la creciente necesidad de pasar de un enfoque meramente reactivo en cuanto al combate de las prácticas de corrupción, a un enfoque preventivo, basado preferentemente en los valores y enfatizando en la toma de decisiones éticas a la hora de hacer negocios dentro de una organización.

A su vez, teniendo en cuenta que los hechos de corrupción son cometidos no sólo en las instituciones públicas, sino también en las empresas privadas, resulta necesario realizar esfuerzos en conjunto con el fin de fomentar su prevención. En este sentido, el fortalecimiento de las relaciones entre el sector público y privado, en especial en cuanto a las compras públicas, contribuiría con uno de los grandes desafíos actuales referentes a la creación de mecanismos que permitan contar con un proceso de contratación pública más transparente y acorde a los estándares mínimos requeridos por los organismos internacionales de lucha contra la corrupción.

Partiendo de la premisa de que la integridad es la forma más sostenible de hacer negocios, el Proyecto de Cooperación Triangular Alemania-Brasil-Paraguay nace como una respuesta eficiente para superar los tiempos de crisis en el Paraguay. El rol que cumple la cooperación técnica internacional en este contexto es fortalecer la integridad en los negocios de las organizaciones tanto del sector público como del sector privado, otorgándoles una garantía de crecimiento sostenible a largo plazo y permitiendo su expansión y mejora continua.

Tanto los clientes, los colaboradores, los inversores, como así también la ciudadanía en general prefieren operar con empresas que fomenten una cultura de integridad a nivel organizacional. En este contexto, la cooperación trilateral apunta a aumentar la capacidad de respuesta en el marco de las políticas de transparencia, integridad y anticorrupción vigentes en el país; contribuyendo a que el trabajo en equipo de las relaciones público-privadas sea satisfactorio y tenga un propósito.

Cabe señalar que, en el ordenamiento jurídico del Paraguay, aún no se encuentra contemplada la figura de la responsabilidad penal de las personas jurídicas. Además, de acuerdo con una consultoría llevada a cabo en el marco del proyecto trilateral, se llegó a la conclusión de que actualmente existen muy pocos incentivos para que las organizaciones del país implementen programas de integridad de manera voluntaria.

Los programas de integridad, como por ejemplo el sello Pro-ética implementado por la Contraloría General de la Unión en Brasil, son instrumentos muy útiles que ayudan a las organizaciones, tanto del sector público como del privado, a ordenar sus procesos internos y a prevenir los riesgos de hechos ilícitos o comportamientos no éticos, contribuyendo así a fomentar una cultura de integridad a nivel organizacional y a guiar a sus colaboradores en el proceso de tomar buenas decisiones ante ciertos dilemas grises.

Por lo que, la primera línea de acción prevista en el proyecto trilateral propone una respuesta eficiente ante dicha situación: la implementación de un sistema de incentivos con base en normas de integridad en empresas del sector público y privado, con énfasis en empresas proveedoras de materiales y servicios para el Estado Paraguayo para atención de los efectos de la pandemia y reactivación económica. Por su parte, la segunda línea de acción del proyecto propone la introducción de una aplicación digital de diagnóstico en el sector público para fortalecer el proceso de monitoreo y evaluación sobre el conocimiento y aplicación de las herramientas en materia de transparencia, integridad y anticorrupción vigentes en el país.

Con el fin de lograr los resultados previstos, cada uno de los actores que forman parte del proyecto realizan numerosos aportes de inconmensurable valor. Como socio beneficiario, Paraguay, a través de la Secretaría Nacional Anticorrupción (SENAC) y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) contribuyen al proyecto a través de los miembros integrantes de sus equipos, quienes se encuentran formados en temas de ética e integridad; la identificación precisa de la aplicación de las herramientas del proyecto; y los medios de comunicación institucionales.

Por su parte, Brasil apoya al proyecto a través de dos instituciones, la Agencia Brasileña de Cooperación (ABC), del Ministerio de las Relaciones Exteriores (MRE), que es responsable de coordinar la contribución brasileña; y la Contraloría General de la Unión (CGU), en concreto con técnicos de la Dirección de Promoción de la Integridad de la gerencia del Programa Pro Ética, quienes proporcionan asesoramiento técnico; la organización de talleres y visitas técnicas; y el desarrollo de actividades de formación y ejecución técnica.

A su vez, la contribución alemana se encuentra a cargo de la Cooperación Alemana para el Desarrollo Sostenible a través de la Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH, que aportará sus contribuciones en las áreas de: asesoramiento de expertos y consultorías; aplicación adaptada de las herramientas y la metodología desarrolladas por la iniciativa Alliance for Integrity; el seguimiento permanente para la gestión y supervisión del proyecto; y la articulación entre actores locales, realización y facilitación de eventos de intercambio.

En conclusión, los objetivos del proyecto de cooperación triangular Alemania-Brasil-Paraguay contribuyen enormemente con las organizaciones del Paraguay, otorgándoles la oportunidad de implementar un programa de integridad adecuado y personalizado de acuerdo a sus necesidades actuales, como así también conforme al entorno en el que operan las mismas, teniendo en cuenta que si el mismo es efectivamente implementado otorga numerosos beneficios: crea una buena reputación; ayuda a conservar los recursos financieros de la compañía; atrae mejor talento humano; supone una gran ventaja competitiva para la empresa y, por sobre todo, garantiza el crecimiento sustentable y sostenible, a largo plazo, para las organizaciones.